El físico Carlo Rovelli dice que la gente debería buscar agujeros blancos, que son lo opuesto a los agujeros negros. “Un agujero blanco es un agujero en el cielo por donde pueden salir cosas pero no entrar nada”, explica el físico Carlo Rovelli, quien instó a los científicos a buscarlas. dailystar.co.uk.
Un agujero negro es una misteriosa cavidad en el espacio por donde entra materia pero no puede salir. Sin embargo, Carlo Rovelli, de 67 años, del Instituto Perimeter de Física Teórica de Ontario, Canadá, sostiene que un agujero blanco es lo opuesto a este fenómeno. La materia puede salir del agujero blanco, pero nada tiene acceso a su interior.
Rovelli sugiere que los agujeros blancos surgen del colapso de los agujeros negros, los restos de estrellas moribundas. Bajo la influencia de su propia masa, se comprimen hasta tal punto que se produce un salto cuántico y se transforman en una nueva entidad.
«Un agujero negro es un agujero en el cielo por donde pueden entrar cosas pero no salir», dijo Carlo. «Un agujero blanco es un agujero en el cielo por donde pueden salir cosas, pero no puede entrar nada».
Según la teoría de Carlo, un agujero negro que se ha vuelto blanco emite débilmente todo lo que ha absorbido. Desde fuera es diminuto: la masa de un cabello e invisible a simple vista.
Pero por dentro es enorme y deforma los campos del espacio y el tiempo como un Tardis de la vida real mientras se desliza constantemente por el universo.
“Aproximadamente uno de ellos pasa por tu salón cada año”, añade el científico. Él cree que este sorprendente fenómeno podría contener la clave de otro misterio de la física: el origen de la materia oscura.
«Esta materia oscura puede estar compuesta, quizás en parte, por miles de millones y miles de millones de estos pequeños y delicados agujeros blancos que invierten el tiempo de los agujeros negros y flotan ligeramente por todo el universo, como libélulas», afirmó.
“Hay algunos grupos que ya están pensando en cómo detectar estas cosas, como hacer una máquina que haga clic cuando alguien pase volando.
«Es difícil. Pero no creo que sea imposible. Estos desarrollos están ocurriendo a un ritmo increíblemente rápido. Tengo la esperanza de que antes de que mueran, alguien pueda afirmar haber detectado estas cosas».
