Para ser vegetariano no basta con quererlo, los genes también cuentan. Esto lo sugiere una investigación publicada en ‘Más uno‘ que ha identificado ciertas variaciones en los genes implicados en el metabolismo de los lípidos y la función cerebral que pueden estar asociadas con la elección de una dieta vegetariana.
Muchas personas que quieren seguir una dieta vegetariana no pueden hacerlo, comenta a ABC Salud. Nabeel R. Yaseencoordinador de investigaciones y profesor de la Universidad Noroeste de Chicago (EE.UU.). ‘Estudios anteriores han demostrado que una gran proporción de personas que se autoidentifican como vegetarianas en realidad afirman consumir productos cárnicos cuando responden a cuestionarios detallados. Ahora, al identificar algunos genes que están significativamente asociados con el vegetarianismo, «nNuestros datos sugieren que la genética puede ser parte de esta situación.».
Algunas personas deciden seguir una dieta vegetariana por diversas razones religiosas, éticas, medioambientales y de salud. Las elecciones dietéticas de una persona también pueden implicar una combinación de gustos personales, su metabolismo y los efectos de diferentes alimentos en el cuerpo. Todos estos factores están fuertemente influenciados por la genética, pero no se comprende bien el papel de los genes de una persona en la elección de una dieta vegetariana.
El equipo de Yaseen llevó a cabo un análisis de asociación de todo el genoma en el que examinaron miles de genomas para identificar variaciones genéticas relacionadas con el hecho de ser vegetariano.
Así, compararon los genomas de 5.324 vegetarianos estrictos con los de 329.455 no vegetarianos que participaron en el estudio. Biobanco del Reino Unido.
« Definimos un vegetariano estricto como alguien que no había consumido ningún producto cárnico durante al menos un año, y definimos carne como cualquier producto cárnico animal, incluidos mariscos, pescado, aves, cerdo, cordero, ternera, etc. Según nuestra definición, los vegetarianos estrictos pueden ser puros. veganos o consumir huevos y/o lácteos”, aclara Yaseen.
En total, se identificaron variantes asociadas a 34 genes que pueden contribuir a elegir una dieta vegetariana. Y algunos de estos genes desempeñan funciones importantes en el metabolismo de los lípidos y la función cerebral, lo que plantea la posibilidad de que las diferencias en la forma en que el cuerpo procesa los lípidos y los efectos resultantes en el cerebro puedan ser la base de la capacidad y la elección de subsistir con una dieta vegetariana.
especulación simple
Analizando lo que se sabe sobre estos genes, explica este experto, «especulamos que la capacidad de seguir una dieta vegetariana estricta puede estar relacionada con el metabolismo de los lípidos y sus efectos sobre la función cerebral».
Así, añade, «una posibilidad es que la carne contenga nutrientes lipídicos que las personas genéticamente predispuestas al vegetarianismo son capaces de sintetizar endógenamente, mientras que otras necesitan obtenerlos de una dieta que contenga carne. Sin embargo, esto es pura especulación en este momento». .
Para Vicente Javier Clementeprofesora de Nutrición y Entrenamiento de la universidad europea«El estudio sugiere que existen diferencias en la capacidad individual para adaptarse a una dieta vegetariana, particularmente con respecto al metabolismo de los lípidos y posiblemente a la función cerebral. «Aunque la noción de que la genética puede influir en nuestras preferencias y elecciones dietéticas no es nueva, este estudio proporciona una mirada más profunda y específica a los loci genéticos que podrían estar involucrados en la adopción de una dieta vegetariana».
La verdad es que estos resultados se suman a las investigaciones existentes que apuntan a un papel de la genética en las elecciones dietéticas.
Sin embargo, los autores de la investigación señalan que una mejor comprensión de estas vías puede ayudar a los nutricionistas a diseñar recomendaciones dietéticas más efectivas basadas en la genética individual de una persona.
Para Clemente, la interpretación de que «No todas las personas pueden ser vegetarianas, aunque quieran, puede que sea un poco prematuro teniendo en cuenta estos resultados.».
Aunque la genética puede desempeñar un papel, explica, «la capacidad de adoptar una dieta vegetariana también puede verse fuertemente influenciada por factores ambientales, psicológicos y sociales. En consecuencia, aunque algunas personas pueden tener predisposiciones genéticas que les faciliten seguir una Dieta vegetariana, la elección de adoptar este estilo de vida puede todavía estar al alcance de la mayoría de las personas, siempre y cuando se tenga en cuenta una planificación dietética adecuada y se gestionen de forma óptima los posibles retos nutricionales que puedan surgir.
Este estudio proporciona una visión fascinante de cómo la genética podría influir en la adaptabilidad o la preferencia hacia una dieta vegetariana.
Sin embargo, afirma, «es vital resaltar que, a pesar de nuestras raíces evolutivas, la adaptabilidad humana también se refleja en nuestra capacidad de sobrevivir y prosperar con una variedad de patrones dietéticos, bajo diferentes circunstancias y preferencias personales. La elección de una dieta, ya sea omnívoro, vegetariano o vegano, es multifacético y está influenciado por factores biológicos, ambientales, éticos y culturales.
Clemente concluye que este estudio proporciona una perspectiva fascinante sobre cómo la genética podría influir en la adaptabilidad o preferencia hacia una dieta vegetariana. Aún así, queda mucho por explorar en términos de cómo estos factores genéticos interactúan con nuestro entorno moderno y nuestras elecciones dietéticas actuales, enriqueciendo así el conjunto de nuestra comprensión de la dieta y la nutrición humanas.
Implicaciones clínicas
Comprender los factores genéticos que influyen en las elecciones dietéticas, como el vegetarianismo, puede tener implicaciones prácticas, señala Centro de medios científicosJosé M. OrdovásDirector de Nutrición y Genómica en la Universidad Tufts de Boston (EE.UU.). Por ejemplo, «conocer las propias predisposiciones genéticas podría permitir recomendaciones dietéticas mejor adaptadas, lo que podría conducir a mejores resultados de salud».
yo también tendría Implicaciones clínicas«Dado que algunos de los genes están relacionados con trastornos neurológicos y el rendimiento cognitivo, más investigaciones podrían conducir a una comprensión más profunda de cómo la dieta y el metabolismo influyen en estas condiciones».
Finalmente, añade Ordovás, facilitaría posibles intervenciones ya que «si determinados factores genéticos predisponen a las personas a una dieta vegetariana o viceversa, se pueden diseñar intervenciones para ayudar a quienes puedan afrontar problemas de salud debido a sus preferencias dietéticas».