jueves, diciembre 7, 2023
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¿Sabes si tu hijo es NAS? Retrato de un Niño Altamente Sensible

Retrato de un Niño Altamente Sensible

Leandro es un niño que parece tímido, pero no le cuesta relacionarse con su entorno, aunque prefiere leer un libro que dar patadas a un balón. El grito le aturde y en clase, cuando la lección se extiende más de lo normal, empieza a perder interés y atención.

Los animales y Leandro parecen haber nacido para entenderse. Los paseos por la naturaleza y la música suelen ser una buena compañía para él. Es amable y correcto en el trato con las personas. Su vocabulario suele ser más rico que el del resto de compañeros y su intensidad emocional es contagiosa.
Cada Niño Altamente Sensible (NAS) es diferente, porque existen tantas sensibilidades como personas pero, según enumera Manuela Pérez, psicóloga infantil y juvenil, presidenta de la Asociación Española de profesionales de la Alta Sensibilidad y madre de un niño NAS, hay ciertas características que son habituales y que se pueden detectar a traves de un test, entre ellas:

Son niños conscientes de todo lo que les rodea muy reflexivos.

Se abruman ante situaciones que contienen mucha cantidad de estímulos, como sonidos estridentes o luces brillantes.
Pueden parecer tímidos e inquietos al apartarse de determinados contextos sociales que les aturden, como las fiestas bulliciosas o las aglomeraciones de gente. La sociedad tiende a asociar sensibilidad con vulnerabilidad y premia la competitividad implacable, por lo que los NAS pueden sentirse extraños o desplazados en determinadas ocasiones.

Empáticos, inteligentes, intuitivos, atentos, constantes, creativos y comprensivos.

Procesan todo lo que llega a sus sentidos con mucho detalle.

-Son persistentes y perfeccionistas y por ello se frustran con facilidad.

Tienden a la sobreexcitación cuando algo no les hace sentir bien, lo que causa un sentimiento de frustración que les hace abandonar la tarea en cuestión.
Piel hipersensible que les hace intolerantes a ciertos tejidos ya las etiquetas.

Sus experiencias vitales surgen más a su estado emocional que a niños que no son altamente sensibles.

Los ruidos altos y estridentes, así como los estímulos visuales potentes, como el exceso de luminosidad les satura y tienden a huir de ellos.

¿El Niño/a Altamente Sensible nace o se hace?

La alta sensibilidad es hereditaria. “Se presenta como una característica genética, es decir, un rasgo innato en la mayoría de los casos heredados del padre o de la madre. Rara vez se salta una generación”, explica Pablo Villagrán, presidente de la Asociación Andaluza de PAS (Personas Altamente Sensible) y padre de un Niño Altamente Sensible. “Cuando un padre o madre me consulta sobre su hijo NAS lo primero que les sorprende es cuando les pregunto quién de ellos es altamente sensible. Con el tiempo, descubren a través de las vivencias y detalles de su hijo/a NAS su propia historia o infancia. Es entonces cuando el padre o la madre se constituyen también como Personas Altamente Sensibles (PAS), añade Villagrán.

El rasgo de la alta sensibilidad no viene determinado por el hecho de ser niño o niña. “Aparece en igual proporción en ambas relaciones. No obstante, en general, en nuestra sociedad, se tiende a asociar a los niños con atributos como la fortaleza o la valentía y la sensibilidad se considera un rasgo femenino. Es por ello por lo que los niños pueden tener más dificultad para reconocer en ellos características de sensibilidad que en su cultura pueden asociarse con vulnerabilidad o debilidad”, explica Pablo Villagrán.

Cómo recorrer el camino con un Niño Altamente Sensible

El riesgo de confundir la alta sensibilidad de un niño/a con alguna patología es habitual “porque presenta características en su carácter y personalidad como parte de su rasgo o de sus malas experiencias, que se asemejan a síntomas presentes en algunas disfunciónes, como el Trastorno por déficit de atención, Trastorno Negativista Desafiante, el Trastorno generalizado del desarrollo, con rasgos del espectro autista e incluso con retraso mental. Sin embargo, el conocimiento del rasgo de la alta sensibilidad por parte de un profesional especializado descartará con facilidad estos diagnósticos erróneos”, comenta la psicóloga experta en NAS, Manuela Pérez, que hace las siguientes recomendaciones a los padres, cuando se sospecha que el niño /a es muy sensible:

Contactar con un especialista en NAS para averiguar a través de una evaluación si alguno de los progenitores del niño/a es altamente sensible, para determinar con la mayor exactitud posible la forma de ayudar al niño/a.

Hablar con el niño/a sobre su manera de sentir y aceptarlo tal y como es. Disponer de momentos de calidad en compañía.

Facilitar el sueño y descanso impidiendo agendas familiares con muchas actividades y el pasarse de la raya de las nuevas tecnologías.

Tener paciencia y proteger, sin caer en la sobreprotección.

Potenciar y acompañar las características positivas derivadas de su alta sensibilidad, como su creatividad e imaginación.

Tener en cuenta y comprender las molestias que el niño/a pueda sentir ante estímulos como el ruido o la intolerancia con ciertos tejidos que irriten su piel hipersensible.

Respetar su necesidad de momentos de soledad, sin fomentar conductas antisociales.



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