La manipulación en las relaciones de pareja puede tener consecuencias muy negativas para los implicados, poniendo en riesgo la satisfacción y el equilibrio de la relación.
Esta forma de interacción, a menudo pasada por alto, está destinada a beneficiar al manipulador, a costa del miembro manipulado.
La manipulación en la pareja puede causar sentimientos de inseguridad, dependencia, tristeza y culpa en el miembro manipulado, así como desequilibrios en la relación. Los principales recursos de las personas manipuladoras son el chantaje emocional, el aislamiento, el control selectivo de la información, la aplicación selectiva de premios y castigos y el bombardeo de amor.
Existen señales de alerta para detectar la manipulación, como cuando se recuerda algún mal momento para cambiar la actitud, cuando se recuerda constantemente lo que se hace por el otro o cuando se dice que el otro es responsable de sus emociones.
Para evitar la manipulación, es importante conocer los derechos y mantener una comunicación directa con la pareja. Esto ayudará a identificar la manipulación y a evitar la dependencia emocional.
Es necesario tener en cuenta que el amor romántico y el sufrimiento no tienen por qué ir de la mano.