Recibí un correo electrónico de un lector que quería saber cómo es posible tener una alta autoestima sin volverse o parecer egoísta.
La misma pregunta muestra que nuestro lavado de cerebro cultural tiene el efecto de limitar la confianza en uno mismo y la autoestima. Ser egoísta es visto como algo negativo y, por deducción, aquellos con niveles muy altos de autoestima son vistos como egoístas; muy malo.
Primero, aclaremos la diferencia: los egoístas son esencialmente personas inseguras que intentan encubrir su propia sospecha de que no son tan buenos como los demás fingiendo que son más importantes. Las personas con niveles muy altos de autoestima no necesitan determinar su valor personal comparándose, públicamente o en su propia mente, con los demás.
El sentido de autoestima de una persona egoísta está determinado principalmente por condiciones, circunstancias o eventos externos.
Se promocionan a sí mismos para estar convencidos de su propio valor por los comentarios que reciben de sus compañeros, sus seguidores, sus electores, sus empleados o incluso sus propios hijos. A menudo se esfuerzan por tener grandes logros porque así pueden obtener elogios de los demás, con la esperanza de que esos elogios de alguna manera demuestren su valía; aunque esto rara vez borra la sospecha de que son indignos. No es malo ser egoísta; es triste
El sentido de autoestima de una persona que se respeta a sí misma está determinado principalmente por condiciones internas como la actitud, la compasión, las creencias, la pasión y la visión personal. También tienden a tener un sentido directo de su relación con la deidad. No el tipo de divinidad promulgada por predicadores, mulás y gurús que enseñan que los seres humanos son criaturas viles que solo pueden ganar la salvación sometiéndose a la voluntad de un dios; sino el tipo de divinidad que enseña que todas las cosas, incluyéndote a ti, son sagradas y dignas de honor como tales.
Este es el truco para tener un alto nivel de autoestima: saberse a sí mismo como una criatura sagrada y un creador divino; luego honrarse como tal actuando como tal. Si quieres desarrollar un alto nivel de autoestima, primero debes conocer tu verdadero yo y luego debes enamorarte de tu verdadero yo. Este es otro lavado de cerebro cultural que tienes que superar. El amor propio a menudo se ve como narcisismo o vanidad extrema. Eso no es; no más que la autoestima es egoísmo.
Así que cambia tu perspectiva. Tener un alto nivel de autoestima no equivale a ser egoísta. Si otros desean interpretar tu sentido de autoestima como que tienes un gran ego, déjalos. Es su problema, no el tuyo. Amarte a ti mismo incondicionalmente no es sinónimo de narcisismo. Es simplemente honrar esa chispa de divinidad que reside dentro de ti. Aquellos que también honran su propia divinidad no os encontrarán engreídos; solo dirán «namaste». Namaste significa «lo sagrado en mí reconoce y honra lo sagrado en ti».
Olvida el gran ego. Conócete a ti mismo; hónrate a ti mismo; Amate.
Luego continúa tu trabajo de ser una contribución a tu prójimo. La cultura moderna enseña que cuanto más acumulas, más vales. La verdad es que cuanto más das, más vales. Cuanto más vales, más rico puedes llegar a ser. Si quieres ser rico, construye tu autoestima. Si quieres ser próspero, sé abundantemente digno. Creo en ti.
La verdadera medida de tu riqueza no se mide por lo que eres capaz de acumular, sino por lo que eres capaz de aportar.