En 1813 en un pueblo de Durango, Santiago Papasquiro, una niña contó una historia que pasaría de generación en generación y que dejaría helados a todos los que la escucharan. Cuando la pequeña tenía 7 años llegó un nuevo integrante a la familia, y lo sorprendente fue cuando de la nada, la bebé habló con tan solo 4 días de nacida.
“No le pegues tan fuerte a la cuna que me duele la cabeza”, dijo varias veces el niño, su hermana corrió completamente horrorizada en busca de su madre, al escuchar tales palabras, la señora tomó a su hijo y de inmediato lo llevó al Padre de la Madre. Church en busca de una explicación, nadie podía entender lo que estaba pasando o la razón del extraño comportamiento.
“Señor cura, me duele la cabeza, no meza la cuna, ni que la meza el alcalde ni nadie”, le dijo el bebé al cura.
La noticia corrió rápidamente por todo el pueblo, y la gente comenzó a cuchichear sobre las posibles causas de lo que estaba pasando. Incluso un alcalde y un juez visitaron la casa familiar para investigar más a fondo, o si se trataba de una trampa pero no encontraron nada.
Como en muchos casos de la época, este tipo de rumores alimentaron malos pensamientos en los habitantes del pueblo, por el temor a lo que el niño pudiera representar, pensaron seriamente que debían degollarlo, pues aseguraron que un ser maligno vivía dentro del bebé.
«Le cortaron el cuello al cura Hidalgo que era más inocente que yo, y no tardarán en hacerme lo mismo», dijo el niño.
Esta historia puede parecer ficticia, sin embargo, existen registros del cronista Everardo Gamiz Olvias, quien encontró un documento firmado luego de declarar ante el gobernador.
Desafortunadamente, pocos saben qué pasó con el bebé, ya que nunca más se supo de él. Se dice que las autoridades lo asesinaron por considerarlo un personaje paranormal, aunque hasta la fecha hay quienes afirman que simplemente se trató de un extraño caso de reencarnación.
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