El artículo ha sido verificado para garantizar la mayor precisión posible (el contenido incluye enlaces a sitios de medios acreditados, instituciones académicas de investigación y, ocasionalmente, estudios médicos). Todo el contenido de nuestro sitio web se ha revisado, sin embargo, si considera que nuestro contenido es inexacto, desactualizado o dudoso, puede contactarnos para realizar las correcciones necesarias.
El autoconocimiento es una gran herramienta para explorar el mundo interno y realizar cambios. Te compartimos algunas claves al respecto.
El autoconocimiento es una de las herramientas más poderosas relacionadas con la psicología y el desarrollo personal. Por su aparente simpleza, muchas veces lo pasamos por alto o le restamos importancia. Sin embargo, conocernos, entender quiénes somos, cómo funcionamos y dónde venimos es clave para realizar muchos de los cambios anhelados.
Esta no es una tarea de un día. Así como nos lleva años conocer a los demás, también lo necesitamos si deseamos navegar por nuestras profundidades. Conocerse es el primer paso para forjar una relación sólida de amor, respeto y apoyo hacia uno mismo. Solo desde este punto aprendemos a tratarnos ya procurarnos los mejores entornos y oportunidades.
Las principales claves del autoconocimiento
Si quieres disfrutar de estos beneficios, pero no sabes por dónde empezar, te mostramos algunos puntos básicos que deberías conocer sobre ti mismo.
1. ¿Cuál es tu temperamento?
Si quieres empezar a conocerte, tu tipo de temperamento es uno de los primeros asuntos a abordar. Y es que este te acompaña desde el nacimiento y determina la forma basica en que te enfrentas y reaccionas a las situaciones del entorno.
Se han descrito tres tipos principales de temperamento, ya observables en bebés (fácil, difícil y lento). Y cada uno de ellos describe tendencias como la mayor o menor adaptabilidad, el estado de ánimo predominante, el nivel de actividad, la tendencia a explorar oa inhibirse…
Aunque estas características se refieran a la primera infancia, el temperamento es una tendencia relativamente estable. Por lo que, si no se ha realizado un trabajo personal, es probable que muchos de esos rasgos sigan presentes en ti hoy en día. Conocerlos te ayudara a comprenderte mejor.
Saber cómo afrontamos las situaciones cotidianas es esencial para conocernos a nosotros mismos.
2. ¿Tu estilo de apego?
Este es un segundo paso incuestionable en el autodescubrimiento, y nos habla de cómo nos vinculamos con los demás. En función del grado de confianza que hayamos logrado construir hacia nosotros mismos y hacia el resto, pensaremos, sentiremos y nos comportaremos de un modo u otro.
Existen cuatro estilos de apego principales, que surgen en función del vínculo establecido con los cuidadores primarios en la infancia. Naciones Unidas apego seguro nos permite vincularnos desde la interdependencia y forjar relaciones saludables. En los otros tres casos (apego ansioso, evitativo y desorganizado) pueden existir dificultades de diversa índole que interfieran aún en tu día a día como adulto.
3. ¿Conoces tu eneatipo?
El eneagrama es una de las clasificaciones de personalidad más conocidas y completas que existen. La misma describe nueve tipos de personalidad que se ordenan en función de varios aspectos: la idea que se tiene sobre uno mismo, la capacidad empática, la forma de gestionar la energía personal…
identificar tu eneatipo te ayudara a comprender mucho de como piensas y como actuas en tu vida cotidiana, y de cómo lo has venido haciendo años atrás. Si aún no conoces el tuyo, es momento de averiguarlo.
4. ¿Puedes describir tus valores?
Los valores personales, eticos y morales son los que guian las decisiones y actos de una persona. Son los que determinan cómo se posiciona ante el mundo, qué defiende, por qué aboga y con qué se identifica. Por tanto, son de suma importancia. Sin embargo, no siempre tenemos claro las características son los nuestros.
En suma, los valores representan las prioridades y, por tanto, la forma en que deberíamos actuar. ¿Ceder en un conflicto con tu pareja?, ¿ayudar a una persona necesitada?, ¿perdonar la traición de un amigo?… Y, si no los conoces, es posible que termines cayendo en situaciones de incoherencia que te causa malestar.
5. ¿Cuál es tu definición del éxito?
A raíz de lo anterior, para lograr el autoconocimiento también es importante que identifique qué es para ti el éxito. Y es que con frecuencia asumimos las definiciones que otros nos dan, que nos llegan desde el exterior y no nos detenemos a crear la propia. Pero esto es fundamental para vivir en paz y en plenitud.
¿Realmente quieres llegar a la cima de tu carrera profesional, viajar por todo el mundo o tener varios hijos? ¿Es eso lo que te haría sentir realizado? ¿Esa es la vida que te emocionaría vivir? Para responderte, trata de olvidar lo que otros esperan de ti y piensa en qué escenarios te sentirías realmente exitoso y satisfecho.
6. ¿Tienes emociones estancadas?
Por último, y este es uno de los aspectos más limitantes a la hora de avanzar en el desarrollo personal, pregúntate si tienes heridas abiertas. Se pueden haber producido en cualquier momento y contexto: en el núcleo familiar, en la escuela, con los amigos de la adolescencia o con viejos amores.
Heno que nos impactan profundamente de forma negativa y que, en su momento, no supimos gestionar adecuadamente. Tal vez hayamos logrado taparlas y seguir adelante, pero sin duda seguirán condicionándonos en la sombra.
Así, identifica tus heridas infantiles, recuerda esos momentos que te marcaron y tanto tratas de olvidar y ponles luz. Al hacerlo, entenderán mucho sobre lo que te ocurre actualmente y abres la puerta al cambio.
Las heridas emocionales que no identificamos nos impiden avanzar.
El autoconocimiento es la clave para avanzar
Como decíamos, autoconocerse es fundamental para realizar cualquier cambio y alcanzar metas, ya que nos permite conocer el punto de partida, las fortalezas y debilidades con que contamos.
Hay múltiples aspectos de ti mismo que puedes descubrir o identificar, pero los anteriores son algunos que pueden sentarse unas buenas bases. Ante todo, recuerda que las personas somos dinámicas y estamos en constante cambio, por lo que nada de lo anterior te condena ni es inamovible. Recuerda estar en constante contacto contigo.