1- Manipulación a la vista.

Lo primero que debería llamar la atención es cuando ellos amenzan a su mujer con hacerles la vida más complicada si no hacen lo que quieren, o advierten que la relación se termina. Hay que saber que esas promesas no son reales y que no hay que ceder porque es un círculo vicioso que lo vuelve un hombre perfecto por unos segundos, cuando ellas ceden.

2- Los mensajes antídotos.

A muchas mujeres les pasa que no pueden decir que no y temen herir los sentimientos de su pareja. La clave está en no caer en la trampa y una poderosa arma es aplicar frases cortas porque de esa forma se terminará con la creencia del manipulador de que no puedes soportar su presión. «Cuando él aumente la presión para doblegarte, mantén tu posición diciéndote a ti misma ‘puedo soportarlo’ y repítelo al menos diez veces al día, en voz alta, imaginándote frente al manipulador que te presiona, así grabarás el mensaje en tu mente y te funcionará de escudo frente a él», aconseja el sitio Esmas.

3- Mantener la calma.

Cuando la mujer siente que se hunde ante la presión, no hay que tomar ninguna decisión y menos ceder, porque más que nunca se necesitará tiempo para fortalecerse, pensar y prepararse.

4- Responder con afirmativos.

La única manera en que una mujer acceda a los pedidos del titiritero es después de que se compruebe que no perjudica.

5- El momento de tomar una decisión.

Para analizar con objetividad si se debe acceder a los pedidos hay que responder con sinceridad a las siguientes preguntas:

* ¿Hay algo de su exigencia que le incomoda?
* En dos columnas distinguir aquellos reclamos que parecen aceptables y los que no.
* A la larga, lo que el manipulador pide, ¿tendrá consecuencias negativas?
* Analiza qué representa el manipulador en tu vida.

Y para finalizar, Esmas presenta dos situaciones típicas:

Si él dice: no puedo creer que seas tan egoísta, sólo piensas en vos, pensaba que eras distinta a las demás pero me equivoqué, es la estupidez más grande que he oído…
Tú responde: tienes derecho a opinar así, puede que tengas razón.

Si él dice: ¿Cómo me haces esto después de todo lo que hice por vos?, ¿por qué arruinas mi vida?, ¿por qué eres tan egoísta?…
Tú responde: Sabía que no te agradaría pero es así, aquí no hay buenos ni malos, sólo queremos cosas distintas, vemos las cosas de modos diferentes.

Afra Viva
afraviva@infobae.com