Desde el sistema solar hasta los océanos más profundos, el universo está interconectado y varios aspectos dependen unos de otros. Hablando de interconexión y dependencia, las corrientes oceánicas desempeñan un papel enorme en la configuración del ecosistema y el clima del planeta.
Teniendo esto en cuenta, es fundamental entender cómo funcionan estas corrientes oceánicas para proteger y ser más conscientes del medio ambiente. Desde misteriosas corrientes de aguas profundas hasta aquellas que influyen en el clima europeo, aquí hay algunos datos sobre las corrientes oceánicas que le ayudarán a comprender la correlación entre la ciencia y el mar.
1. Hay 2 tipos de corrientes oceánicas disponibles
Existen diferentes definiciones de corrientes oceánicas, desde las más simples hasta las más complejas. En pocas palabras, las corrientes oceánicas se refieren a los movimientos constantes y dirigidos del agua de mar. Varios factores favorecen estos movimientos, pero primero, existen dos tipos de corrientes oceánicas:
Corrientes superficiales
Como el nombre sugiere, corrientes oceánicas superficiales ocurren en la parte superior del cuerpo de agua (mar, lagos, océanos, etc.). Son responsables de transferir calor de los trópicos a las regiones polares, afectando el tiempo y el clima en las regiones intermedias.
Un ejemplo perfecto de corriente oceánica superficial es la Corriente del Golfo, que se origina en el Caribe tropical. Estas corrientes son tan fuertes que se estima que transportan 150 veces más agua que el río Amazonas. Operan principalmente en el Océano Atlántico y afectan a Europa.
Corrientes oceánicas profundas
Las corrientes oceánicas se mueven tanto horizontal como verticalmente. En los océanos de regiones más frías, como el Océano Atlántico Norte, el agua tiende a perder calor hacia la atmósfera. Como resultado, cuando el agua del océano se congela, forma hielo, dejando más sal. Cuanto más salada se vuelve el agua restante, más densa se vuelve.
Naturalmente, el agua densa, fría y salada se hundirá hasta el fondo del océano y agua “más fresca” reemplazará al agua sumergida. El proceso se repite, dando como resultado una corriente parecida a un transportador, y así es como surgen las corrientes oceánicas profundas.
2. Varios factores afectan las corrientes oceánicas.
Diferentes factores afectan las corrientes oceánicas, independientemente de si son corrientes oceánicas profundas o superficiales. Incluyen la densidad del agua de mar, los vientos planetarios, la estructura continental, las diferencias de temperatura y la rotación de la Tierra. Determinan la fuerza, dirección y efectos de las corrientes de agua.
3. Las corrientes oceánicas se encuentran entre las calamidades naturales más mortíferas
Una corriente de resaca es un ejemplo de corrientes oceánicas superficiales que se han cobrado vidas antes y siguen siendo peligrosas. Por lo general, fluyen desde la playa hacia el océano u otras grandes masas de agua. En circunstancias extremas, se han registrado corrientes de resaca de hasta 45 metros (150 pies).
En promedio, una corriente de resaca mide menos de 9 metros (30 pies) y se mueve a unos 8 kilómetros (5 millas) por hora. A medida que la Asociación de Salvavidas de los Estados Unidos (USLA) aborda este tema Las cadenas contribuyen al 80% de los casos relacionados con rescates.Es fácil ver por qué las corrientes de resaca se encuentran entre los desastres naturales más mortíferos.
El equivalente submarino de las corrientes de resaca son las marejadas ciclónicas (ambas a menudo se confunden). Este último opera principalmente en el fondo marino y puede arrastrar consigo a los humanos.
4. Hay varios ejemplos de corrientes oceánicas.
Dado que hay varios océanos en el mundo, es lógico que existan numerosos ejemplos de corrientes oceánicas que actúan sobre ellos. Los más comunes incluyen:
- La Corriente de Agulhas actúa en el Océano Índico, regulando las temperaturas en las regiones que lo rodean.
- Corriente Circumpolar Antártica: Regula la temperatura de la región del Océano Austral. Opera en el Océano Austral.
- Corriente del Golfo: Estas corrientes se forman en el Golfo de México y afectan la región del Atlántico Norte.
- Corriente de Kuroshio: Estas corrientes se presentan principalmente en el Océano Pacífico, impactando la región del Pacífico Norte.
- Corriente de California: afecta la costa oeste de América del Norte y facilita la vida marina de varias especies, entre ellas delfines y ballenas.
5. Las corrientes oceánicas ayudan a los animales acuáticos a sobrevivir
Hay corrientes oceánicas frías y cálidas, cada una con ventajas y desventajas. Por ejemplo, las corrientes cálidas traen lluvia a las regiones costeras. La Deriva del Atlántico Norte es un ejemplo perfecto: facilita las precipitaciones en la mayoría de las zonas de Europa occidental.
Por otro lado, las corrientes polares frías dan lugar a grandes icebergs de donde los animales acuáticos pueden obtener agua dulce. Generalmente, las corrientes oceánicas distribuyen agua y nutrientes para la supervivencia de peces y otras especies acuáticas.
6. Ayudan a navegar los barcos.
El conocimiento de las corrientes oceánicas es fundamental en la navegación naval y todo lo que ésta conlleva. Es aprendiendo los patrones del mar que los fabricantes pueden sacar el máximo provecho de sus barcos. También idean formas de reducir los costos de combustible y las actividades de envío en general.
En el pasado, cuando los barcos de vela dependían principalmente del viento para moverse, conocimiento de la corriente oceánica costó a los portugueses. La corriente de Agulhas les impidió llegar a la India como habían planeado. Aprender sobre las corrientes oceánicas ayuda a construir embarcaciones más eficientes y rápidas en el mundo moderno.
7. La producción de energía eléctrica a partir de las corrientes oceánicas es una posibilidad
Las investigaciones muestran que las corrientes oceánicas tienen un enorme potencial para generar energía eléctrica. De hecho, algunos países, como Japón y estados como Hawaii, ya han explorado esta posibilidad. Su generación de energía marina está resultando fructífera, aunque aún se encuentra en sus primeras fases.