Actualmente, las redes sociales están llenas de imágenes de todo tipo. Lindos gatitos, paisajes deslumbrantes, platos deliciosos y toneladas de selfies inundan nuestro feed. Gran parte de estas -sobre todo aquellas en las que aparece nuestro bello rostro y nuestro cuerpazo-, han pasado por alguna herramienta de edición de imágenes.
El programa Photoshop llegó para hacernos la vida más fácil. ¿Te salió un gran grano en la frente el día de tu graduación? No te preocupes, Photoshop lo arregla. ¿Te distrajiste cuando tomaron la foto y tu mano se ve rara? La solución es Photoshop. ¿Rompiste con tu novio y no quieres que aparezca en las fotos familiares? Lo has adivinado, Photoshop lo elimina de tus recuerdos. Para muchas otras situaciones, este y otros programas de edición son una gran herramienta que puede transformar una imagen bastante buena en una capaz de ganar un premio.
Photoshop se lanzó en 1990 y desde entonces se ha convertido en una herramienta muy utilizada. Sin embargo, no es el primero en brindar este tipo de oportunidades para mejorar nuestra apariencia en las fotos.
Resulta que durante siglos, los pintores editaron los retratos que producían. Si se iba a pintar a una reina, por supuesto que tenía que lucir extremadamente hermosa, ya que esa pintura perduraría durante décadas, siglos y tal vez incluso milenios. Entonces los pintores hicieron algunas modificaciones, lo que resultó en bellas imágenes.
Así que editar no es nada nuevo bajo el sol y aquí queremos demostrártelo. Las imágenes que verás a continuación son una comparación del retrato hecho a mano y una fotografía (cuando aún no eran digitales). Así que puedes juzgar por ti mismo el importante papel que tuvo y sigue teniendo la edición de fotografías.